Técnica: Acuarela sobre papel
Tamaño: 50 x 70 cms
Tamaño: 50 x 70 cms
Representa la soledad del ser humano frente a la naturaleza
El hombre se introduce
en la espesura del bosque. Pasea e inhala el manar limpio de la tierra fresca
tupida de belleza.
Oculto, deleita sus
sentidos agudizando su instinto más primitivo. En silencio, rodeado de verde
terciopelo, roce de aleteos de ramas; Zis, zas... Zis, zas... Zis, zas... Zis,
zas…bailes de salsas, viento, cantos y Run Run, Run Run de movimientos, cae adulado
de la fragilidad de sus tonos y mudos lamentos.
La selva y seres que la habitan se cubren de espanto. Aleteos de ramas, bailes de salsas, viento, cantos y run run de movimientos, son llantos, trinos de pregonero, lágrimas desesperadas que arrastra el viento, son, mudas voces de pánico ante la imagen del caballero.
Conversando con un árbol
Me he sentido en el sueño aprisionada, incapaz de moverme. Supe casi al instante que formaba parte de ti, me hallaba dentro de ti. Enseguida pude entender tu lenguaje, el motivo de tu tristeza, la frustración de tus impulsos y deseos.
Te diste cuenta que estabas sujeto a la tierra como lo están los minerales al agua. Atado a la esfera que te alimenta como una roca, firme y sujeto a la tierra que te levanta. Sentí que desde que te dieras cuenta de tu condición, no habías dejado de luchar, de batir a muerte con tus raíces para poder moverte.
Sentí que tu vida no está exenta de deseo. Deseo de conocer otras tierras, respirar sus aires, nutrirte de otros suelos, hidratarte de sus aguas, sentir el reposo de otros seres y despertar con su cántico matinal en tus ramas.