jueves

Queridos colegas artistas

 


Quiero compartir una experiencia reciente que puede servir como advertencia para proteger nuestras creaciones.

Hace unos meses, fui contactado/a por una empresa extranjera dedicada a la confección textil, que mostraba interés en integrar mis pinturas en sus diseños. Después de varios intercambios, insistí en formalizar el acuerdo mediante contrato, pero la empresa lo pospuso con excusas, alegando que primero debían hacer pruebas.

Confiando en su palabra, les envié algunas obras para las supuestas pruebas. Luego, la comunicación se cortó por completo. Afortunadamente, nunca cedí derechos ni firmé ningún contrato, por lo que mantengo la titularidad de mis obras.

Comparto esta experiencia no por rencor, sino como llamado a la precaución: siempre aseguren la firma de un contrato antes de compartir sus obras, y desconfíen de quienes eluden acuerdos formales.

El arte es fruto de nuestro trabajo, talento y tiempo. No permitamos que empresas oportunistas lo desvirtúen.

Con respeto y espíritu solidario, los animo a mantenerse alerta y proteger su arte.