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jueves
El beso. The Kiss.
Técnica: Acuarela y
Acrílico sobre papel
Tamaño: 50 x 70 cms
5 comentarios:
Anónimo
dijo...
El beso entre un alienígena y una terrícola, acompañados de pájaros e insectos, simboliza un cosmos armónico donde las distintas razas conviven felices.
Todo es posible mientras nuestra mente pueda crearlo. En aquellos seres incapaces de creer en posibilidades infinitas, se haya estrechez de pensamiento, emoción, creatividad y evolución porque el ser humano se ha formado a través de sueños e ideas y con ello ha modelado y hecho un ente pensador capaz de adaptarse a sus circunstancias.
Y el aguamiel brotó al roce de sus labios, mientras, el resto de seres guardaron vasto silencio. Más tarde sintieron el vidrioso tic y frágil desunir de una hoja y su perezoso patinar zarandeada y custodiada por el viento hasta nuevo aposento y barro sustento. Detrás, calmosamente, como adormecidas y roncadas se unen al juego cientos, miles de frondas secas cuyo fin es enramar entre velo y bruma el germinar de nuevos brotes que alborotados andan tarareando crujientes gorjeos.
5 comentarios:
El beso entre un alienígena y una terrícola, acompañados de pájaros e insectos, simboliza un cosmos armónico donde las distintas razas conviven felices.
El beso es la única caricia que no requiere manos.
Todo es posible mientras nuestra mente pueda crearlo. En aquellos seres incapaces de creer en posibilidades infinitas, se haya estrechez de pensamiento, emoción, creatividad y evolución porque el ser humano se ha formado a través de sueños e ideas y con ello ha modelado y hecho un ente pensador capaz de adaptarse a sus circunstancias.
Ola Palopi e Leopoldo
Inspiraciones desde Quinta das Lavandas? en Castelo de Vide - Portugal
Un abrazo para usteds.
Teresa e Estêvão
Y el aguamiel brotó al roce de sus labios, mientras, el resto de seres guardaron vasto silencio.
Más tarde sintieron el vidrioso tic y frágil desunir de una hoja y su perezoso patinar zarandeada y custodiada por el viento hasta nuevo aposento y barro sustento.
Detrás, calmosamente, como adormecidas y roncadas se unen al juego cientos, miles de frondas secas cuyo fin es enramar entre velo y bruma el germinar de nuevos brotes que alborotados andan tarareando crujientes gorjeos.
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